En una época de grandes movimientos migratorios y trayectos reales y virtuales que no terminan nunca, me parece importante exhaltar en el año de la luz, la importancia de la relación entre la energía de la luz y el movimiento de las comunidades.

La cultura es transgeográfica y su energía se mueve como la luz del que camina

 

La idea es Generar a través del reciclaje de objetos cotidianos,  nuevos ciclos, círculos rituales deslocalizados,

la necesidad de  reconocer el aspecto trascendente y profundo del transitar de la cultura y sus comunidades,

los que migran y siguen orando,  los que cambian de lugar pero reinstalan sus ritos y vuelven a tejer sus culturas en el camino.

Con , para y por el movimiento, el hombre sigue iluminando su camino con sus creencias y costumbres

 Los vehículos que los mueven así como las ruedas que los empujan y hasta los atropellan quedan marcadas por sus historias y sus símbolos.

A pesar de la tecnología y la velocidad, sus huellas ancestrales, siguen dando fé de la luz que encienden ahí donde se encuentren.

 

Betsabeé Romero 2015-16